Acerca de la muestra


Pintora de fin de semana, muestra individual en la galería Ruth Benzacar, que reúne pinturas y bordados realizadas sobre diferentes soportes (tela de algodón, placas de yeso, madera) entre las cuales hay también piezas para interactuar como, Bendición de río en la cual el bordado puede sumergirse en el agua o Refugio, donde puede al azar elegirse citas del I ´Ching, como si fuesen galletas de la fortuna.

Son trabajos realizados entre 2014 y 2022. “En las piezas hay partes que están hechas con intencionalidad y otras que son un rastro, una pincelada suelta mientras iba en camino a hacer otra cosa. A veces veo mi obra como la marca que deja un caracol cuando pasa; pero aunque me vaya, siempre vuelvo a la pintura como refugio. Como espacio flotante donde la vitalidad se renueva”

Texto de sala
Divina simultaneidad, guardiana y aliada de lo desconocido. Por Juliana Iriart

Pintora de fin de semana, reúne pinturas y bordados que Catalina realizó a lo largo de casi 9 años. Estos períodos largos de trabajo son naturales para ella, que suele dejar que el material marque el ritmo de producción; y por otra par-te, se deben también a que su práctica artística se intercala con otras búsquedas y facetas. “...En las piezas hay partes que están hechas con intencionalidad y otras que son un rastro, una pincelada suelta mientras iba en camino a hacer otra cosa. A veces veo mi obra como la marca que deja un caracol cuando pasa; pero aunque me vaya, siempre vuelvo a la pintura como refugio. Como espacio flotante donde la vitalidad se renueva.”

Viendo sus pinturas tengo la sensación de estar casi por recordar algo, algo que soñé, algo que sentí cuando todavía no hablaba, algo con lo que ya nací.

¿Cómo se cuenta una historia toda junta, en un mismo momento? ¡Pintando!

La pintura es para ella “…una deidad, que aún siendo vista no deja de ser invisible. Cuando quiere se presenta, limpia la mirada, ancla, abre el pecho, pone oídos en la frente…”
¿Cuántas veces les pedimos a las divinidades que se presen- ten para guiarnos?

¡Pidamos con honestidad! Si nos entregamos a lo que viene en respuesta, es posible que nos aventuremos a sentir algo tan verdadero como desconocido, que nos permita descubrir o recordar quienes somos realmente.

Claro que también, como en nuestro mundo nada existe sin su opuesto, dan ganas de dejar de creer, de abandonar, de encontrar solo respuestas que nos permitan convencer a nuestra mente que lo entendemos todo, ganas de olvidar por completo para poder sobrevivir.

Sentir sin la necesidad de entender, ¡es una aventura llena de vida! A eso nos invitan estas obras.

En esta muestra podemos mecernos entre el pasado y el futuro, entre criaturas, agujeros, cantos, sudores, flores, líneas, plumas, fuentes, sombras, velos, tierra, belleza, soles, miedos, tristezas, amor, alegría, temblores, órbitas, aburrimiento, dolor, fuerza. En este presente nada, nada, nada, queda afuera. Nos habilita el derecho a perdernos, a dejarnos llevar por la pin-tura que muchas veces parece emanarse a sí misma.

En Pintora de fin de semana hay tanto a la vista que necesitamos coraje para conocer lo invisible, lo ¿no tocable? que hay en ella. Y acá comprendo por completo, su metáfora del caracol, cuando recuerdo la sensación que tengo a la mañana siguiente de una noche húmeda, y por casualidad veo, en un ángulo particular en relación a la luz, un rastro torna-sol y espontáneamente gana la curiosidad ¿Qué necesidad, deseo, lamento, le llevó hasta ahí ? ¿Por qué no ahorró camino haciendo líneas rectas? ¿Dónde está ahora? ¿Encontró lo que buscaba?

Cuando vi una de sus obras en el agua recordé del drama de Ofelia. Pero enseguida me llenó un aire nuevo, actual, presente. Sentí una nueva Ofelia, una más viva que nunca, una que elige, sabe, dice, hace, es libre aquí y ahora, y ¡no le cuesta la vida! Existe un poder que permea cada ser y cada cosa. ¡Entreguémonos! sintamos con la lógica verdadera y profunda que nos ofrecen los sueños, donde todo lo que conocemos se conjuran para mostrarnos lo que necesitamos ver.